El Mundo Indígena 2022:Marruecos
marrLos pueblos Amazigh (Bereberes) son los pueblos indígenas del norte de África. El último censo de Marruecos (2016) estimó el número de hablantes de tamazigh en un 28 % de la población. Sin embargo, asociaciones de los Amazigh lo refutan rotundamente y afirman, en cambio, que la tasa es del 65 al 70 %. Esto significa que la población de habla tamazigh bien podría ser de unos 20 millones en Marruecos y de unos 30 millones en todo el norte de África y el Sahel en su conjunto. Los resultados del Proyecto Genográfico, basado en el análisis del ADN que National Geographic lleva a cabo en la región norteafricana desde 2005, revelan un predominio del genoma bereber entre la población, en especial en Marruecos[1]. Esta es una tesis que los descubrimientos arqueológicos de Tafoughalt y Adrar Ighoud[2], así como el de Temara respaldan firmemente[3].
El pueblo Amazigh fundó una organización llamada Movimiento Cultural Amazigh de Agadir para defender sus derechos. Es un movimiento de la sociedad civil basado en los valores universales de los derechos humanos. Hoy hay más de 800 asociaciones Amazigh establecidas en todo Marruecos.
El sistema administrativo y jurídico de Marruecos está fuertemente arabizado, y la cultura y el modo de vida de los amazigh están sometidos a una presión constante de asimilación. Marruecos ha sido durante muchos años un Estado unitario con una autoridad centralizada, una única religión, una única lengua y una marginación sistemática de todos los aspectos de la identidad amazigh. La Constitución de 2011 reconoce oficialmente la identidad y la lengua amazigh. Esto podría ser un paso muy positivo y alentador para el pueblo Amazigh de Marruecos. En 2019, el Parlamento aprobó finalmente una ley orgánica para la aplicación del artículo 5 de la Constitución, tras varios años de espera, por lo cual los trabajos de armonización del arsenal jurídico con la nueva Constitución deberían comenzar. Sin embargo, este reconocimiento constitucional es todavía hipotético 10 años después, ya que su enseñanza aún no se aplica de manera efectiva, y no aparece ni en el Documento Nacional de Identidad ni en la moneda. Además, no hay más de 1.000 docentes cuando debería haber 25.000 y los medios nacionales no cumplen con las especificaciones requeridas.
Marruecos no ha ratificado el Convenio 169 de la OIT y se abstuvo de votar a favor de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Marruecos no reconoce a los amazigh como pueblo indígena porque requeriría reconocer sus derechos sobre sus tierras y recursos naturales. Además, prefiere confundir deliberadamente la libre determinación con el separatismo, en nombre de la preservación de la Unión Nacional.
Las mujeres amazigh
Las mujeres forman el ineludible pilar de la familia y de la comunidad Amazigh. Son guardianas del conocimiento y la sabiduría ancestral que transmiten a través de su lengua materna, vector de valores e identidad. La palabra tamazight designa a la vez lengua, territorio y mujer, un término muy simbólico que resume la santísima trinidad de Awal, Acal, Afgan (palabra, tierra, ser humano). Herederas de una larga tradición matriarcal, las mujeres amazigh continúan desempeñando su papel y presidiendo la educación de sus hijos, administrando sus hogares y preservando su patrimonio en términos de conocimiento tradicional (por ejemplo, medicina tradicional, educación y artesanías).
Sin embargo, el auge del islamismo desde la década de 1980 ha sido perjudicial para la condición de las mujeres amazigh. Los dos mandatos sucesivos del partido prowahabí en el gobierno hasta finales de 2021 fueron una amenaza para la libertad y para las mujeres en más de un sentido[4].
Si bien las mujeres amazigh son capaces de ocupar puestos y roles de representación[5], las prácticas discriminatorias contra las mujeres en general, y las mujeres amazigh en particular, siguen limitando sus posibilidades. Por ejemplo, en las elecciones legislativas de 2021, las mujeres obtuvieron solo 96 de los 395 escaños, o el 24.3 %, de la Cámara de Representantes[6].
Derechos sobre la tierra y los recursos naturales
El fenómeno del acaparamiento de tierras y recursos naturales en Marruecos es nacional; no se salva ninguna región ni comunidad, aunque varios casos han afectado especialmente a las comunidades Amazigh en los últimos años[7]. La principal dificultad hoy es la ausencia de una base de datos en la que se puedan incluir todos los casos de despojo real para establecer un mapeo exhaustivo de la magnitud del problema.
Las mujeres amazigh están luchando por acceder a sus derechos en el contexto de las tierras colectivas, rebautizadas como soulaliyates[8]. De hecho, el dahir (decreto) del 27 de abril de 1919 sobre tierras colectivas y comunidades étnicas fue reemplazado en 2019 por la Ley N.º 62.17 sobre la tutela administrativa de las comunidades soulaliyate y la gestión de sus propiedades. Aunque la nueva ley establece la igualdad entre mujeres y hombres, las mujeres amazigh tardan en ver sus efectos.
La reclasificación de las tierras colectivas como tierras soulaliyate (una palabra árabe que significa “descendiente”) ha puesto a las mujeres en una posición de conflicto directo con los hombres, quienes ven de manera negativa esta feminización de los derechos territoriales. Muchos hombres marroquíes creen, erróneamente, que están siendo excluidos de facto en favor de las mujeres, quienes están “tomando las riendas”[9]. Hasta la fecha, solo la Jamaa Soulaliya de Ouled Ahmed Souk Laarbae ha elegido a una mujer como líder[10]. En todo el Reino de Marruecos, solo las mujeres que pertenecen a las comunidades de la región de Kenitra han obtenido el derecho a parcelas de tierra.
Además, la ley de 2019 solo fortaleció el control del Ministerio del Interior sobre las tierras colectivas. El dahir de 1919 estableció esta custodia durante el periodo colonial. El Ministerio del Interior ahora tiene plena autoridad para disponer libremente de las tierras colectivas sin la restricción de la inalienabilidad. Puede realizar actos “jurídicos” de despojo, venta o arrendamiento, según lo decidan y apliquen los consejos centrales o regionales de síndicos, haya o no oposición y sin el consentimiento libre, previo e informado de las comunidades. Las circulares emitidas en 2021 van más allá al imponer el criterio de residencia a todos los reclamantes legítimos mayores de 18 años. Esto amenaza claramente a todos los estudiantes y miembros que trabajan y residen fuera de la comunidad con la pérdida de sus derechos y, al mismo tiempo, de su pertenencia a la comunidad[11].
La proliferación de actos fraudulentos y actividades ilegales es tal que existe lo que comúnmente se conoce como una “mafia de la tierra”, rampante en todas las regiones de Marruecos, cuyo objetivo es monopolizar la tierra en detrimento de los propietarios legítimos. Este saqueo encuentra terreno fértil en la legislación, la impunidad, los juegos de poder, la fragilidad de las comunidades, la ineficiencia de los tribunales, la connivencia de los magistrados y la política agraria[12], todos hacen que la ley y la justicia ya no tengan cabida, especialmente en materia de tierras, ya sea para las comunidades o para las mujeres, el último eslabón de una cadena debilitada.
La política agrícola neoliberal que Marruecos adoptó[13] ha contribuido en gran medida a la creciente mercantilización y privatización de la tierra, y el nuevo gobierno, encabezado por Aziz Akhannouch (exministro de Agricultura, Pesca, Desarrollo Rural, Agua y Bosques), sigue trabajando en esa dirección a pesar de los trágicos efectos que causa en los pequeños agricultores y trabajadores agrícolas, especialmente en las mujeres, que forman el primer eslabón en la cadena alimentaria agrícola. El sector agroindustrial piensa en grande y favorece a los grandes cultivadores al poner a su disposición todos los medios necesarios, empezando por las tierras de las comunidades empobrecidas, por las que estas nunca son indemnizadas.
Condiciones de trabajo
Sin tierra, la vulnerabilidad se instala y los desplazamientos forzosos ocurren con todo el peso que sus consecuencias representan para la comunidad, la familia y las mujeres, quienes se ven enfrentadas a nuevas realidades y condiciones de vida. Muchas de ellas terminan como trabajadoras agrícolas en condiciones insoportables.
Otras terminan viviendo en las afueras de las grandes ciudades buscando trabajos mal pagados en fábricas clandestinas, explotadas, acosadas y sin seguro social. El accidente en la fábrica de textiles en Tánger, donde 28 personas murieron por ahogamiento y electrocución en un sótano sin salida en febrero de 2021, es un ejemplo de las tragedias diarias que viven las mujeres y niñas amazigh que se ven obligadas a sobrevivir porque no pueden tener una vida digna y porque se violan sus derechos. Una madre perdió a cuatro hijas en ese accidente[14].
Violencia de género
Desde principios de 2021, 62.383 mujeres han sufrido violencia en Marruecos. Según la Dirección General de Seguridad Nacional, el 7 % de esos casos eran menores de edad. El 41 % de los casos involucraron violencia, el 27 % violencia económica, el 26 % violencia psicológica, el 4 % violencia sexual y el 2 % violencia a través de nuevas tecnologías[15].
Sin duda, se trata de un aumento significativo. Pero incluso tiene que examinarse con atención debido a los delitos y abusos que no se denuncian por miedo a las represalias, lo que la gente pueda pensar, las repercusiones socioeconómicas (estigmatización, discriminación, etc.) y los tabúes, dado que más del 90 % de la violencia se da dentro del círculo cercano de la mujer.
Es evidente que a casi cinco años de la entrada en vigor de la Ley 103-13[16] sobre el combate a la violencia contra las mujeres, la situación no hace más que empeorar. Esto se debe a que el problema no está en la promulgación de leyes sino en su cumplimiento y en un cambio de mentalidad que regrese a los valores amazigh de igualdad y respeto entre los sexos.
Acceso a la salud y la educación
En las regiones del Atlas, comúnmente conocidas como “el Marruecos inservible”, el acceso a la atención médica sigue siendo un verdadero problema debido a la carencia de infraestructura hospitalaria, personal calificado y ambulancias suficientes, así como la falta de caminos para acceder a ellos. El invierno de 2021 no fue la excepción, y nuevamente las mujeres en trabajo de parto y sus bebés murieron en las comunidades Amazigh en la zona de Imilchil. La pandemia ha puesto de manifiesto estas disparidades regionales, las dificultades relacionadas con el derecho a la salud y los efectos de una política pública de privatización de los dos sectores vitales, la salud y la educación, sin tener en cuenta la inestabilidad y las condiciones de miseria que enfrentan la mayoría de los marroquíes, en especial los amazigh.
Tanto en la ciudad como en el campo, la situación socioeconómica de las mujeres es una barrera importante para acceder a la salud y la educación. Debido a la falta de recursos, muchas niñas siguen viéndose obligadas a dejar la escuela y casarse siendo aún menores. Como siempre, se pueden encontrar excepciones a cualquier ley: el matrimonio infantil sigue en aumento porque los líderes religiosos lo toleran y la pobreza de las familias que ven a sus hijas como una forma de ganar dinero lo legitima. La maternidad temprana, la inseguridad socioeconómica y la ignorancia son elementos que sumergen a las mujeres en una espiral de vulnerabilidad y las convierte en víctimas perfectas. También es importante señalar que esta situación se agravó durante la pandemia cuando el aislamiento social fue aún mayor.
Además de los efectos psicológicos de la pandemia, los repetidos confinamientos y el estado de emergencia sanitaria han dado un duro golpe a los derechos y libertades fundamentales de todos, aunque más específicamente de las mujeres, cuyos obstáculos han aumentado y cuya calidad de vida ha disminuido. Por desgracia, prácticamente no se brinda ayuda a las mujeres. Su aislamiento hoy es tal que aun cuando intentan tomar el control de sus vidas y piden el divorcio, muy pocas veces tienen derecho a las reparaciones que la ley prevé porque el sistema de justicia patriarcal considera que un hombre tiene derecho a rehacer su vida y no tiene que mantener a sus hijos, y que la madre no debe pedir el divorcio sino seguir sufriendo.
Ayuda y organizaciones
La situación actual es tal que incluso las asociaciones y organizaciones que dicen estar enfocadas en apoyar a las mujeres están, en su mayoría, más interesadas en encontrar fondos y subvenciones que en el destino de las mujeres amazigh y su condición. Esta práctica se ha extendido desde la llegada de los islamitas al poder y ha sido impulsada por los programas de ayuda y financiación que no prestan la suficiente atención a los contenidos e ideologías de estas organizaciones. Las asociaciones de mujeres amazigh que sí defienden su identidad están excluidas de facto, no reciben subvenciones y son más conocidas por formar parte del Movimiento Amazigh (por ejemplo, AZUL).
Las mujeres amazigh entienden su contexto y su realidad mejor que nadie y son muy capaces de proponer sus propias soluciones: unas que sean viables para la preservación del conocimiento, la experiencia y las habilidades, y para proteger los ecosistemas y garantizar la sostenibilidad de los recursos. De ahí la necesidad de un enfoque inclusivo, participativo y de abajo hacia arriba.
A pesar de estas limitaciones, las mujeres del Movimiento Amazigh, las asociaciones y activistas amazigh, luchan en sus ámbitos con sus propios recursos día tras día a nivel local, nacional, regional y mundial, para demostrar que existen y que son capaces de generar un cambio: uno que les sea específico y esté en consonancia con sus valores, cultura, identidad y, sobre todo, su indigenismo, y que les permita participar eficazmente en los objetivos mundiales como ellas mismas.
Amina Amharech nació en El Hajeb, en el Atlas Medio de Marruecos. Es maestra, artista y poeta, y una activista amazigh comprometida. Becaria del Programa de Representantes Indígenas de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en 2018, aboga por los derechos territoriales, culturales, de identidad y lingüísticos de los pueblos Amazigh e indígenas en general. Es integrante fundadora de la Asociación ACAL (Land in Amazigh) desde 2014 y miembro fundadora de la red comunitaria AZUL desde 2013a(la que representó en el Consejo Mundial de la Coalición Internacional para el Acceso a la Tierra de 2018 a 2021) y miembro fundadora de la Plataforma por la Tierra Feminista desde 2019. Contacto: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Este artículo es parte de la 36ª edición de El Mundo Indígena, un resumen anual producido por IWGIA que sirve para documentar e informar sobre los desarrollos que han experimentado los pueblos indígenas. La foto de la publicación muestra mujeres indígenas que se ponen de pie y asumen el mando en la lucha por los derechos territoriales de su comunidad en Jharkhand, India. Fotografiada por Signe Leth, es la portada del Mundo Indígena 2022 donde originalmente está escrito este artículo. Encuentra El Mundo Indígena 2022 completo aquí
Notas y referencias
[1] Medias 24. “National Geographic: L’ADN des populations d’Afrique du Nord très peu arabe”. Medias 24, 19 de enero de 2017. Actualizado el 11 de abril de 2021. https://medias24.com/2017/01/19/national-geographic-ladn-des-populations-dafrique-du-nord-tres-peu-arabe/.
[2] Ibidem
[3] 2M.ma con agencias. “Témara: découverte des traces archéologiques les plus anciennes du vêtement chez l’Homo Sapiens”. 2M.ma, 7 de septiembre de 2021. https://m.2m.ma/fr/news/temara-decouverte-des-traces-archeologiques-les-plus-anciennes-du-vetement-chez-lhomo-sapiens-20210917/.
[4] Véase, por ejemplo:
Artículo 490 del Código Penal, que criminaliza las relaciones sexuales fuera del matrimonio. Chraibi, Soundouss. “Nouveau bras de fer sur les réseaux sociaux autour de l’article 490, relatif aux relations sexuelles hors mariage”. Telquel, 5 de febrero de 2021. https://mobile.telquel.ma/2021/02/05/de-nouveau-un-bras-de-fer-sur-les-reseaux-sociaux-autour-de-larticle-490-relatif-aux-relations-sexuelles-hors-mariage_1710159.
Respecto a la cuestión del matrimonio infantil: Bouhrara, Imane. “Mariage des mineurs au Maroc: 57 % des autorisations délivrées en 24 h seulement”. EcoActu, 29 de noviembre de 2021. https://www.ecoactu.ma/mariage-des-mineurs-au-maroc/
Respecto a la cuestión de la herencia: Rouchard, Samantha (Le Ravi). “L’inégalité femmes-hommes en héritage...”. Ritimo, 13 de septiembre de 2021. https://www.ritimo.org/L-inegalite-femmes-hommes-en-heritage
[5] Se ha elegido a mujeres amazigh en elecciones comunales y parlamentarias. Por ejemplo: Hannou Marroche, una activista de base autodidacta, es la consejera local elegida desde 2007. YouTube, 27 de septiembre de 2021. https://www.youtube.com/watch?v=wSi3cN8oMI. Fatima Tabaamrant, artista y parlamentaria de 2011 a 2016. Native Women Voices. https://femmesautochtones.com/en/fatima-tabaamrant
[6] Ibris, Sara. “Legislatives 2021. ‘Le nombre de femmes élues, une sonnette d’alarme’ (Jawad Ech-chafadi)”. Medias 24, 23 de septiembre de 2021. https://medias24.com/2021/09/23/legislatives-2021-le-nombre-de-femmes-elues-une-sonnette-dalarme-jawad-ech-chafadi/.
[7] Es preciso señalar el caso de las tierras de Ait Naamane en El hajeb y de Tallarouaq en el Rif, los bosques del Atlas y los manantiales como Ben Smim: Savage, Thomas, Mohammed Boudarham y Jassim Ahdani. “Surexploitation: Ben Smim, la source de la discorde”. Telques, 9 de enero de 2020. https://mobile.telquel.ma/2020/01/09/surexploitation-ben-smim-la-source-de-la-discorde_1664106; Imider: Izoard, Celia. “A Imider, au Maroc, la plus grande mine d’argent d’Afrique assoiffe les habitants”. Mediapart, 16 de agosto de 2019. https://www.mediapart.fr/journal/international/160819/imider-au-maroc-la-plus-grande-mine-d-argent-d-afrique-assoiffe-les-habitants?onglet=ful, y las minas de Jbel Ouam, así como los árboles de argán de Isemdalen en Taroudant: Bentahar, M. “Maroc: l’industriel LafargeHolcim s’attaque au mythique arganier”. Le Club de Mediapart, 1 de julio de 2019. https://blogs.mediapart.fr/m-bentahar/blog/010719/maroc-lindustriel-lafargeholcim-sattaque-au-mythique-arganier, https://lecourrier.ch/2019/07/25/des-berberes-haussent-le-ton/.
[8] Sammouni, Mohamed y Amine Belghazi. Terres collectives au Maroc: Une modernisation à tâtons? Rabat, Marruecos: Heinrich Böll Stiftung, 2020. https://ma.boell.org/fr/2020/10/01/terres-collectives-au-maroc-une-modernisation-tatons.
[9] Asmlal, Amyne. “Terres soulaliyates: une loi qui, manifestement, ne passe pas”. Le360, 10 de diciembre de 2021. https://m.le360.ma/societe/terres-soulaliyates-une-loi-qui-manifestement-ne-passe-pas-251034?amp.
[10] El Hourri, Abdelahi. “Première au Maroc: Une femme á la tête d’une communauté Soulaliyate”. Medias 24, 27 de diciembre de 2019. https://medias24.com/2019/12/27/premiere-au-maroc-une-femme-a-la-tete-dune-communaute-soulaliyate.
[11] Bennani, Bouteina. “La loi 62-17 relative à la tutelle administrative sur les communautés est discriminatoire”. L’ODJ, 10 de diciembre de 2020. https://www.lodj.ma/La-loi-62-17-relative-a-la-tutelle-administrative-sur-les-communautes-est-discriminatoire_a104.html.
[12] En abril de 2008, su majestad el rey Mohammed VI lanzó el Plan Marruecos Verde, el cual tiene por objetivo hacer que el sector agrícola sea un motor prioritario del desarrollo socioeconómico en el país.. Sin embargo, esta política ha contribuido considerablemente al despojo de tierras. En 2021, el valor agregado agrícola se estimó en 130.000 millones de MAD, un aumento de más del 18 %, mientras que el rendimiento medio se estableció en 23.7 qx / ha, hasta un 320 % comparado con la cosecha anterior. Cabe destacar que este incremento solo ha beneficiado a los grandes cultivos (que pertenecen a cierta oligarquía) a costa de la agricultura familiar y de subsistencia.
[13] Centre Marocain de Conjoncture. “Agriculture au Maroc, un moteur clef de la croissance économique”. Centre Marocain de Conjoncture, 1 de septiembre de 2021. https://www.cmconjoncture.com/conjoncture/actualites/agriculture-au-maroc-quel-avenir-pour-le-maroc.
[14] Article 19. “Actualité – Tragédie de l’atelier clandestin à Tanger: une mère a perdu ses 4 filles”. Article 19, 9 de febrero de 2021. https://article19.ma/accueil/archives/139916.
[15] Redacción Medias 24. “Violences faites aux femmes: 7 % des victimes sont des mineures”. Medias 24, 26 de noviembre de 2021. https://medias24.com/2021/11/26/violences-faites-aux-femmes-7-des-victimes-sont-des-mineures/.
[16] FAO, FAOLEX, ECOLEX: “Loi N.° 113-13 du 27 avril 2016 relative à la transhumance pastorale, à l’aménagement et à la gestion des espaces pastoraux et sylvopastoraux”. InforMEA, 2016. https://www.informea.org/fr/node/485281 / http://www.sgg.gov.ma/Portals/0/lois/Projet_loi_113.13_Fr.pdf.
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