
El viaje de los ancestros maoríes y moriori
POR TE ARIKIRANGI MAMAKU-IRONSIDE PARA DEBATES INDÍGENAS
Entre los siglos XVIII y XIX, los viajeros y militares que llegaron a las costas de Nueva Zelanda profanaron sitios sagrados y sustrajeron una gran cantidad de restos humanos y de Toi mokos, es decir, las cabezas tatuadas y preservadas. Ya en el siglo XX, la cooperación entre las comunidades y los Estados permitió acordar una estrategia para repatriar los restos humanos exhibidos en los museos europeos. Hasta el momento, ya se han restituido más de 700 ancestros desde 14 países de Europa, América del Norte y la región de Asia-Pacífico. El Museo Te Papa Tongarewa ha jugado un rol central en este proceso.