• Pueblos indígenas en Surinam

    Pueblos indígenas en Surinam

    En Surinam viven 4 pueblos indígenas. Su sistema legislativo, basado en la legislación colonial, no reconoce a los pueblos indígenas lo que constituye una gran amenaza para su supervivencia y el respeto a sus derechos, particularmente dada la gran atención que están concitando los múltiples recursos naturales de su territorio.

El Mundo Indígena 2020: Surinam

Los pueblos indígenas de Surinam alcanzan aproximadamente la cifra de 20.344 personas, el 3,8% de la población total de 541.638[1] según el censo de 2012. Los cuatro pueblos indígenas más numerosos son los Kaliña (Caribes), Lokono (Arawaks), Trío (Tirio, Tareno) y Wayana. Además, hay pequeños asentamientos de otros pueblos indígenas del Amazonas en el sur del país, entre otros, los Akoerio, Warao, Apalai, Wai-Wai, Okomoyana, Mawayana, Katuena, Tunayana, Pireuyana, Sikiiyana, Alamayana, Maraso, Awayakule, Sirewu, Upuruy, Sarayana, Kasjoeyana, Murumuruyo, Kukuyana, Piyanakoto y Sakëta. Los Kaliña y Lokono viven principalmente en la parte norte del país y son también conocidos como pueblos indígenas de las “tierras bajas”, mientras que los Trío, Wayana y otros pueblos amazónicos viven en el sur y se conocen como los pueblos de las “tierras altas”.

El sistema legislativo de Surinam, basado en la legislación colonial, no reconoce a los pueblos indígenas o tribales y el país no cuenta con legislación sobre los derechos a la tierra u otros derechos de los pueblos indígenas o tribales. Esto constituye una gran amenaza para su supervivencia y bienestar, particularmente dado el intenso foco de atención en los múltiples recursos naturales de Surinam como el petróleo, la bauxita, el oro, el agua, los bosques y la biodiversidad. Surinam es uno de los pocos países de América del Sur que no ha ratificado el Convenio 169 de la OIT. En 2007 votó a favor de la adopción de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.

Avances legislativos

En 2019 se realizó, por primera vez, un proceso oficial y participativo, aunque aún dirigido por el Gobierno, para elaborar legislación sobre los derechos de los pueblos indígenas y tribales, temas aún ausentes en las leyes de Surinam. En respuesta a la creciente presión de los pueblos indígenas en 2016, durante 2017 grupos de trabajo compuestos por representantes del Gobierno y de pueblos indígenas y tribales desarrollaron una “Hoja de Ruta para el reconocimiento legal de los derechos de los pueblos indígenas y tribales”. La aprobación oficial de esta Hoja de Ruta por parte del Gobierno tardó casi un año y no fue hasta diciembre de 2018 que se estableció finalmente un Equipo de Coordinación para supervisar la implementación de la Hoja de Ruta, encabezado por el director del Ministerio de Desarrollo Regional. Asimismo se crearon simultáneamente tres comisiones técnicas: una para elaborar un proyecto de legislación, otra sobre demarcación y una tercera dedicada a mejorar la concienciación, todas de conformidad con la Hoja de Ruta. El Equipo de Coordinación y las tres comisiones están formados principalmente por representantes de departamentos gubernamentales pertinentes, autoridades tradicionales de pueblos indígenas y tribales y otras partes interesadas relevantes como notarios y topógrafos.

El 1 de octubre de 2019, la Comisión para Legislación presentó un borrador de la Ley sobre los Derechos Colectivos de los Pueblos Indígenas y Tribales de Surinam, así como también una propuesta de revisión de la Constitución de Surinam a fin de reconocer a los pueblos indígenas y tribales.[2] Aparte de una presentación de los borradores al Consejo de Ministros, desde entonces no se han tomado medidas oficiales para presentar los borradores en la Asamblea Nacional (Parlamento) para debate y eventual aprobación.

La Comisión para Demarcación se centró en recopilar mapas de demarcación existentes. Muchos territorios indígenas y tribales ya han sido demarcados por los propios pueblos indígenas y tribales, y se decidió utilizar estos mapas en vez de llevar a cabo nuevos procesos de demarcación. Aquellos que están demarcados se incluirán para inmediato reconocimiento legal en el reciente proyecto de ley pero aquellos que no están necesitarán ser reconocidos mediante un proceso aún por definir. Otra cuestión que está abordando la Comisión para Demarcación se refiere a los casos de solapamientos entre territorios utilizados tradicionalmente por diferentes comunidades. En la mayoría de los casos, las fronteras entre territorios (principalmente límites naturales como arroyos) son bien conocidas por los respectivos pueblos o comunidades. Durante la última parte de 2019 se realizaron varias reuniones entre estas “partes”, organizadas por el Equipo de Coordinación de la Hoja de Ruta, para oficializar las fronteras tradicionales a través de un acuerdo escrito y firmado. Varios de estos casos están aún pendientes de resolución.

La concienciación pública sobre los derechos de los pueblos indígenas y tribales, el tercer componente del marco de la Hoja de Ruta, ha ido forjándose lentamente. Aunque se publicaron varias noticias sobre el proceso, poco se ha hecho para popularizar los conceptos reales y una comprensión de la naturaleza de los derechos colectivos de los pueblos indígenas y tribales. Muchas ideas erróneas como que “ellos quieren un Estado dentro de un Estado”, “cómo es que obtienen tanta tierra” y “entonces Surinam ya no puede acceder más a sus recursos naturales” son habituales y necesitan ser aclaradas. Ya a finales de 2019 se contrató a una agencia de comunicación profesional y a principios de 2020 se va a lanzar una campaña de información y concienciación.

Aunque la redacción de nueva legislación para el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas y tribales pueda cumplir parte de la Sentencia Kaliña y Lokono de la Corte Interamericana de Derechos Humanos contra el Estado de Surinam (2015),[3] no se ha hecho ningún otro avance en este sentido. La Corte ordenó a Surinam, entre otros aspectos, reconocer legalmente la propiedad colectiva de los pueblos Kaliña y Lokono de sus tierras y recursos tradicionales, así como también su estatus jurídico ante la ley en Surinam. Además, el veredicto confirmó los derechos de los Kaliña y Lokono sobre las zonas protegidas que se crearon en sus territorios y ordenó un proceso de restitución o compensación por esas tierras. La Corte decidió en términos similares en cuanto a títulos de terceros sobre tierras indígenas que se habían otorgado sin su consentimiento. El Estado de Surinam también está obligado a rehabilitar la zona afectada por actividades de minería de bauxita en la Reserva Natural Wane Kreek. Dada las reiteradas violaciones de Surinam de derechos de los pueblos indígenas y tribales (véase también el caso Saramaka[4] y partes pertinentes del caso Moiwana[5]), en este dictamen la Corte ordenó medidas similares para todos los pueblos indígenas y tribales de Surinam.

Dos aldeas del distrito de Para, Matta y Cabendadorp, se quedaron perplejas y conmocionadas al descubrir que cientos de hectáreas de su tierra comunal habían sido vendidas a sendos individuos, un rico empresario y un inversor chino. En el caso de Matta, resultó que el título de propiedad de la tierra ya lo había entregado el Gobierno en 2015, poco tiempo antes de las elecciones de ese año, y fue vendido posteriormente por un banco al no poderse pagar una hipoteca sobre esa tierra. Dado que no existe legislación sobre los derechos a la tierra de los pueblos indígenas y tribales, todas las tierras a las que no se ha conferido un título de propiedad se consideran tierra de propiedad estatal y el Estado tiene el poder de venderla o asignarla mediante alquileres a largo plazo a individuos o empresas. Muchas comunidades se enfrentan a situaciones en las que personas o empresas externas han recibidos títulos de propiedad dentro de sus territorios ancestrales. Ambas aldeas protestaron pero no tienen acceso a recurso legal dado que los derechos de los pueblos indígenas y tribales no están legalmente reconocidos y los derechos de propiedad de la tierra fueron emitidos de conformidad con la legislación existente. Una tercera aldea en Para, Powakka, igualmente tuvo que hacer frente a la inminente renovación de una concesión de explotación de arena contra la que han protestado desde hace mucho tiempo.[6] Aunque el ministro de Recursos Naturales prometió retirar dicha concesión, no apareció en la aldea después de hacer la promesa y no se facilitaron pruebas de dicha retirada.

A pesar de las reiteradas protestas por parte de VIDS, la Asociación de Líderes de Aldeas Indígenas en Surinam, contra la intervención gubernamental en los procesos de sucesión de líderes de aldeas tradicionales, el Ministerio de Desarrollo Regional intervino al menos dos veces el año pasado para elegir nuevos líderes de aldeas (jefes), concretamente en las aldeas de Bigi Poika[7] y Redi Doti. VIDS considera que estas acciones obedecen a los esfuerzos del Gobierno para ganar influencia política, especialmente a la vista de las próximas elecciones generales en mayo de 2020, y por tanto una violación del derecho a la libre determinación.

Otros acontecimientos

En 2019, aldeas tribales Cimarrón a lo largo de la frontera que forma el río Marowijne entre Surinam y la Guayana Francesa fueron objeto de sucesivas acciones agresivas de la gendarmería francesa operando desde la Guayana Francesa. La gendarmería asaltó las islas y prendió fuego a maquinaria pesada utilizada para minería de oro que se realiza de manera generalizada, legal e ilegalmente, a lo largo de los afluentes del rio Marowijne. La policía francesa argumenta que la mitad de la orilla del rio, incluyendo las islas, pertenece a Francia (Guayana Francesa) y que tiene el derecho a movilizarse contra la minería ilegal de oro y contra la contaminación por mercurio y la erosión resultantes. La disputa por la frontera y las acciones de la policía fueron rebatidas diplomáticamente por el Gobierno de Surinam pero aún no se ha encontrado solución, a pesar de varias negociaciones sobre la frontera.

A pesar de las protestas de las aldeas de Hollandse Kamp y Witsanti contra un título de propiedad de tierra concedido al aeropuerto internacional de Surinam para ampliación del Aeropuerto Internacional Johan Adolf Pengel, se llevó a cabo y aprobó una evaluación de impacto ambiental y social (EIAS) por la agencia ambiental del Gobierno, NIMOS. Esta aprobación significa que esta construcción, que atravesará los territorios ancestrales de estas dos aldeas, cuenta con el visto bueno para seguir adelante. Como sucede en los casos antes mencionados, no se puede tomar ninguna medida legal a nivel nacional contra tales proyectos dada la falta de legislación

VIDS ha intensificado su trabajo sobre fomento de capacitación de líderes de aldeas indígenas, entre otros temas, en investigación de las aldeas sobre indicadores de derechos humanos desde una perspectiva indígena y en redacción de proyectos. Este trabajo se ha realizado como parte del proyecto global del “Navegador Indígena” que tiene como objetivo realizar un seguimiento sistemático del nivel de reconocimiento y aplicación de los derechos de los pueblos indígenas y su participación en la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).[8] También se celebraron varias sesiones para concienciación sobre los derechos de los pueblos indígenas, incluyendo charlas sobre estilos de vida saludables y alimentación indígena, y alianzas forjadas con, entre otros, el Instituto Nacional de Estadísticas, la Oficina de Cuestiones de Género y la Universidad de Surinam. Otro proyecto, Fortalecer la capacidad de organizaciones indígenas en el Amazonas (Strengthening the Capacity of Indigenous Organizations in the Amazon, SCIOA),[9] tiene la finalidad de mejorar las capacidades de gestión financiera e institucional de organizaciones indígenas. Esta iniciativa comenzó a finales de 2019 y se pondrá en práctica en 2020.

 

Este artículo es parte de la 34ª edición de El Mundo Indígena, un resumen anual producido por IWGIA que sirve para documentar e informar sobre los desarrollos que han experimentado los pueblos indígenas. La foto de la publicación está hecha en la amazonía peruana, dentro del territorio Wampi, fotografiada por Pablo Lasansky y que es la portada del Mundo Indígena 2023 donde originalmente está escrito este artículo. Encuentra El Mundo Indígena 2020 completo aquí

 

Notas y referencias

[1] La población es altamente diversa étnica y religiosamente y comprende hindustanís (27,4%), negros cimarrones (21,7%), criollos (16%), javaneses (14%), mestizos (13%), pueblos indígenas (“amerindios”, 3,8%) y chinos (1,5%) (censo de 2012). Se hablan diariamente al menos 15 idiomas distintos en Surinam pero el único idioma oficial es el neerlandés, mientras que la lengua franca utilizada en conservaciones menos formales es el sranantongo (“lengua de Surinam”).

[2] “Indiening Wetsontwerpen Grondenrechten en Andere Rechten”. De Vereniging van Inheemse Dorpshoofden in Suriname (VIDS), 10 de diciembre de 2010: http://www.vids.sr/?p=852

[3] Caso Pueblos Kaliña y Lokono vs. Surinam. 2015. Corte Interamericana de Derechos Humanos:  http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_309_esp.pdf

[4] Caso del Pueblo Saramaka vs. Surinam. 2007. Corte Interamericana de Derechos Humanos: http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_172_esp.pdf

[5]Caso de la Comunidad Moiwana vs. Surinam. 2007. Corte Interamericana de Derechos Humanos: http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_124_esp.pdf

[6] “Inheemsen ziedend over gronduitgifte bij Powaka”. DWT Online, 3 de junio de 2019: http://dwtonline.com/laatste-nieuws/2019/06/03/inheemsen-ziedend-over-gronduitgifte-bij-powaka/

[7] “Voorbereidingen dorpsverkiezing Bigi Poika op schema”. StarNieuws, 21 de diciembre de 2018: https://www.starnieuws.com/index.php/welcome/index/nieuwsitem/50421

[8] Conoce más sobre el Navegador Indígena en: http://nav.indigenousnavigator.com/index.php/en/

[9] Conoce más sobre el proyecto SCIOA de Pact en: https://www.pactworld.org/library/strengthening-capacity-indigenous-organizations-amazon

Max Ooft es responsable de políticas de la Oficina de la Asociación de Líderes de Aldeas Indígenas de Surinam (Vereniging van Inheemse Dorpshoofden in Surinam, VIDS). Tiene un doctorado en Ciencias Médicas, un máster en Administración de Empresas (MBA) y una licenciatura en Derecho.

 

Este artículo es parte de la 34ª edición de El Mundo Índigena. La publicación es un resumen de los principales acontecimientos que los pueblos indígenas han vivido. Descarga El Mundo Indígena 2020 aquí

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