• Inicio
  • Noticias
  • La irrupción de los jóvenes indígenas en las negociaciones climáticas: desde la desilusión al liderazgo climático

La irrupción de los jóvenes indígenas en las negociaciones climáticas: desde la desilusión al liderazgo climático

Durante las conversaciones climáticas bajo la Convención Marco de Cambio de Nacionales Unidas sobre Climático realizada en Bonn (CMNUCC), Alemania, en junio de 2023, IWGIA se reunió y conversó con siete jóvenes líderes indígena de América Latina. Estos jóvenes habían viajado a Bonn con el objetivo de hacer oír sus voces, promover el cambio transformativo y apoyar las históricas y múltiples causas por las cuales luchan sus pueblos.

Los jóvenes indígenas apoyan las históricas y continuas luchas de sus pueblos

Los pueblos indígenas, y especialmente los jóvenes indígenas, se encuentran enfrentando múltiples desafíos. Los efectos del cambio climático, y las pérdidas y daños asociados, se entrelazan con los impactos intergeneracionales del colonialismo y un deficiente reconocimiento de sus derechos e identidad (FAO 2021).

Entre las diversas luchas que enfrentan los jóvenes indígenas se encuentra la demarcación de los territorios y la resistencia al legado del colonialismo y sus continuas repercusiones. Por ejemplo, los jóvenes indígenas denuncian la expansión de la agroindustria y el extractivismo, los monocultivos y los distintos tipos de minería ilegal y legal han generado profundas repercusiones en sus territorios y modos de vida. Los impactos del extractivismo se conjugan actualmente con diferentes emprendimientos destinados a la producción de energías “verdes” que permiten mantener los niveles de consumo de los países del norte, como la construcción de hidroeléctricas y la producción de hidrógeno y metanol.

 

 

La incidencia como una estrategia ante el cambio climático

Todos los conflictos que enfrentan los pueblos indígenas incrementan los efectos del cambio climático en las tierras, aguas, territorios y recursos de las comunidades indígenas. Los jóvenes indígenas son testigos de las múltiples pérdidas y daños causados por los fenómenos climáticos extremos y los efectos graduales del cambio climático que ya se perciben en sus territorios. Entre los impactos más evidentes, los jóvenes indígenas perciben el decrecimiento de fuentes de agua en todas su formas.También, la disminución de la biodiversidad y la desaparición de muchas especies, incluyendo la extinción aquellas que son la base de su alimentación y cultura. Los jóvenes indígenas son testigos de cómo todas las dinámicas cotidianas y los medios de subsistencia se están alterando, incluso empujando a muchos miembros de sus comunidades a migrar. En Las ciudades, los migrantes sufren diferentes tipos de discriminación, deben someterse a demandantes y precarios trabajos y carecen de un acceso a vivienda, educación y salud pertinnetes. La fragmentación de las comunidades determina que las costumbres, el idioma, y las prácticas tradicionales se vean afectados. Tanto la salud física y espiritual como la identidad de los pueblos se debilita y con ellas, la capacidad de resiliencia de las comunidades.

Con miras a enfrentar estas inequidades, los jóvenes indígenas se están organizando. A través de su incidencia, estos agentes de cambio aspiran a fortalecer la libre determinación de sus pueblos, apoyando, por ejemplo, la gestión territorial, la soberanía alimentaria, el derecho al agua y el acceso a información. Al situarse estratégicamente entre mundos diferentes, los jóvenes indígenas vinculan los saberes indígenas con las tecnológicas no indígenas, facilitando el dinamismo que caracteriza a los sistemas de conocimiento indígena y generando iniciativas innovadoras para enfrentar las crisis de cambio climático y biodiversidad.

No obstante, los jóvenes indígenas enfrentan un doble desafío: sus voces tienden a ser aún menos escuchadas que las de sus pares adultos, sobre todo en los niveles nacionales. Debido a esto, estos jóvenes activistas climáticos denuncian las diversas formas en que la COP perpetúa dinámicas coloniales que marginan a los pueblos indígenas. Los jóvenes indígenas no han sido representados como corresponde en las negociaciones climáticas y además enfrentan múltiples barreras para acceder a una participación efectiva – entre estas el lenguaje. Cuando los jóvenes indígenas son considerados en la toma de decisión, la mayoría de las veces son posicionados solamente como “población vulnerable”, sin derecho a incidir en las medidas que buscan, supuestamente, reducir su vulnerabilidad y sin reconocimiento de su liderazgo. De este modo, su agencia, el importante trabajo que están haciendo y sus contribuciones a la gestión ambiental local son invisibilizados.

La injustica, más que una barrera, se transforma en un motor de lucha. Las motivaciones de los jóvenes indígenas se alimentan de una gran desilusión ante las negociaciones climáticas internacionales, un proceso que no ha sido respetuoso de sus derechos y que, además, no ha sido eficiente en frenar el agravamiento de la crisis climática. Si bien el reconocimiento de las contribuciones de los pueblos indígenas y sus sistemas de conocimiento ha aumentado en los discursos, por lo general, este reconocimiento no ha ido de la mano con la creación de mecanismos que le entreguen a los pueblos indígenas el lugar que merecen en la acción climática [ver informe de IWGIA Reconocimiento de los pueblos indígenas en las contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC)].

Motivaciones y expectativas que convocan a los jóvenes indígenas: un entendimiento de sostenibilidad basado en el buen vivir

La desilusión, unida a la certeza de que nadie trabajará por ellos, empuja a los jóvenes indígenas a exigir nuevas formas de negociar la gobernanza climática y a abrir nuevos espacios de participación. Ellos aspiran a que los distintos líderes indígenas, ancianos y jóvenes, puedan negociar horizontalmente con las autoridades no indígenas y avanzar políticas climáticas culturalmente apropiadas, centradas en las comunidades, y que los incluyan en todos los niveles y etapas. Esta búsqueda se complementa con la creación de plataformas y redes de solidaridad que, basadas en el buen vivir, permiten a los jóvenes indígenas compartir sus experiencias, fortalecer sus capacidades, sensibilizar, articular la incidencia internacional de los pueblos indígenas y fortalecer sus derechos.

Entre las motivaciones, también se encuentra el poder acercar las realidades locales a la esfera multilateral, atestiguar sobre los impactos del cambio climático que afectan a sus comunidades y de este modo, invitar a los tomadores de decisión a ponerse en sus lugares y diseñar políticas climáticas que respondan a la diversidad de realidades. Además del reconocimiento de su particular vulnerabilidad, los jóvenes aspiran a que el trabajo que ellos y sus comunidades realizan día a día, y que contribuye a minimizar los efectos e impactos del cambio climático, sea reconocido. Estas experiencias permiten recordar que existen otros modos de relacionarse con y cuidar la naturaleza; modos que los pueblos indígenas han desarrollado por siglos y que muchas comunidades aún mantienen. La memoria asociada a estos saberes ancestrales, que hoy se posicionan como alternativas, nos entrega la certeza de que podemos hacer las cosas de manera distinta. Es en este recordar donde reside la esperanza por cambiar el curso de la historia.

Para lograr sus objetivos, los jóvenes indígenas están haciendo oír sus voces. Estas voces enfatizan la importancia de asegurar una acción climática basada en el compromiso, la empatía y la sensibilidad. También, nos llaman a posicionar afectuosamente al mundo natural a en el centro del debate, y con ello dejar de ver la naturaleza como una fuente inagotable de recursos para el beneficio de unos pocos. Las voces de los jóvenes indígenas nos recuerdan la urgente necesidad de evaluar nuestros patrones de consumo y cuestionar la fe ciega en el crecimiento económico y así, nos invitan a legitimar una relación sostenible con la naturaleza.

La idea de sostenibilidad que los jóvenes indígenas defienden, no obstante, no es la misma que aquella palabra que, de tanto repetirse en promesas incumplidas y falsas soluciones, ha perdido sentido. Todo lo contrario, es una idea de sostenibilidad consciente y comprometida, basada en el principio de reciprocidad. Esta idea de sostenibilidad se traduce como buen vivir. Significa tomar de la naturaleza solo lo justo, y retribuir con creces todo aquello que esta nos entrega y que hace posible la reproducción de la vida. La sostenibilidad es un principio que rige la coexistencia entre las distintas especies, permitiendo que estas vivan en libertad. Por lo tanto, la sostenibilidad se vincula directamente con el derecho a la libre determinación que gozan los pueblos indígenas. Un futuro sostenible es aquel que reconoce los derechos territoriales de los pueblos indígenas y permite a las comunidades indígenas desarrollar autónomamente sus proyectos de vida y de desarrollo para, de este modo, continuar sus contribuciones a la naturaleza.

La demanda por espacios de participación efectiva

Haciendo eco a las principales demandas del Foro Internacional de Pueblos Indígenas sobre Cambio Climático (FIPICC), los jóvenes indígenas de América Latina exigen que los estados respeten los derechos de los pueblos indígenas, tal y como lo establece la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas (la Declaración) – la cual, lamentablemente a veces ni siquiera es conocida por los representantes de estados que participan en las negociaciones climáticas internacionales. El compromiso efectivo con la Declaración exige acciones concretas y basadas en la justicia para evitar el calentamiento del planeta en más de 1.5 grados Celsius. Esto incluye la eliminación progresiva de los combustibles fósiles y la transición a las energías renovables bajo un enfoque que asegure el respeto a los derechos de los pueblos indígenas. Tales acciones solo pueden implementarse tomando en cuenta la efectiva participación de los pueblos indígenas de todas las regiones socio-culturales de Naciones Unidas, incluidos los poseedores de conocimientos, las mujeres, los jóvenes, las personas con discapacidad, y las personas con diversidad de género, y el involucramiento equitativo de los sistemas de conocimiento indígena, los cuales se componen de ciencia y tecnologías, así como también visiones de mundo, valores y leyes.

Resulta urgente que las negociaciones climáticas aborden las desigualdades construidas históricamente, las cuales son reforzadas actualmente por el cambio climático. Además de espacios de participación efectivos y permanentes, el apoyo a los pueblos indígenas debe ir acompañado de acceso directo y gestión de toda la financiación para la adaptación, mitigación y pérdidas y daños para hacer frente a los impactos del cambio climático en sus territorios. Las pérdidas y daños, económicas y no económicas, atribuidas al cambio climático que los jóvenes indígenas están percibiendo junto con sus comunidades son múltiples y en muchas ocasiones, incalculables. Sin embargo, los pueblos indígenas continúan dando pruebas de su resiliencia y además, sus visiones de mundo nos aportan narrativas que permiten fortalecer la esperanza en un futuro mejor. Por lo tanto, sus sistemas de conocimiento deben ser respaldados. Más allá de los compromisos en el papel, lo cuales son importantes, los pueblos indígenas requieren apoyo financiero y acciones concretas que garanticen el ejercicio de sus derechos y la participación. Todas las decisiones y acciones que los Estados están implementando para abordar la mitigación, la adaptación y las pérdidas y daños producto del cambio climático deben reconocer, respetar, promover y proteger los derechos de los pueblos indígenas. En especial, resulta fundamental que los jóvenes y pueblos indígenas sean incluidos en las discusiones sobre pérdidas y daños que se sostendrán durante la Conferencia de las Partes (COP) de la CMNUCC número 28 que se realizará en Dubai en diciembre de 2023, incluyendo el Mecanismo Internacional de Varsovia, la Red de Santiago y el nuevo instrumento de financiación de "Pérdidas y Daños" creados bajo la CMNUCC. Los jóvenes indígenas, gracias a sus experiencias vividas y a sus conocimientos, pueden liderar la implementación de estos mecanismos a nivel local.

Con miras a fortalecer su incidencia, los jóvenes indígenas presentes en Bonn propusieron la creación de un Foro Internacional de Jóvenes Indígenas sobre Cambio Climático. Bajo el alero del FIPICC, este Foro tendrá entre sus objetivos articular redes de colaboración y liderazgo entre jóvenes indígenas, apoyar a los jóvenes que asisten por primera vez a las negociaciones, promover espacios de aprendizaje intergeneracional, facilitar la transmisión de información, y fortalecer las capacidades y la participación de los jóvenes indígenas en la CMUNCCC. Los jóvenes indígenas planean anunciar la creación del Foro durante la COP 28.

El FIPICC enfatizó en su declaración de cierre en la COP 27, y retiteró en la Conferencia Climática de Bonn, “para los pueblos indígenas, el cambio climático es una cuestión de vida o muerte”. Por lo tanto, los jóvenes indígenas hacen un llamado urgente a la acción: a dejar de pretender actuar y erigir compromisos reales, es decir, compromisos que estén basados en los derechos y no se queden solo en el papel. Este llamado, no obstante, no es una demanda pasiva, sino más bien una invitación a valorar las contribuciones de los jóvenes indígenas y a apoyar e involucrarse en las acciones que ellos y sus comunidades están liderando para responder de manera justa y equitativa al cambio climático. Esta colaboración demanda nuevos espacios en los procesos de toma decisión que, siendo culturalmente apropiados, garanticen la participación plena y efectiva de los jóvenes indígenas en los procesos de toma de decisiones, así como también el acceso justo, directo y facilitado a los pueblos indígenas al financiamiento climático.

 

Este artículo fue escrito por Rosario Carmona a partir de entrevistas con:

Açucena Marinheiro da Silva
Ati Gunnawi Viviam Villafaña Izquierdo
Diego Aza Valenzuela
Guidaí Vargas Michelena
María José (Majo) Andrade Cerda
Wara Iris Ruiz Condori
Wenatoa Parakanã

 

Las entrevistas fueron realizadas por el asesor climático de IWGIA, Stefan Thorsell, con el apoyo de Camila Romero Peiret, durante la Conferencia Climática de Bonn, en junio de 2023.

Etiquetas: Clima, Juventud

CONTINÚA CONECTADO

Sobre nosotros

El Grupo Internacional de Trabajo sobre Asuntos Indígenas (IWGIA) es una organización global de derechos humanos dedicada a promover y defender los derechos de los pueblos indígenas. Conócenos

Por consultas de prensa, haga clic aquí 

 

Mundo Indígena

Nuestro anuario, El Mundo Indígena, ofrece un informe actualizado de la situación de los pueblos indígenas en todo el mundo. Descargar El Mundo Indígena

Reciba información actualizada mensualmente cuando se suscriba a nuestro boletín de noticias

Contáctanos

Prinsessegade 29 B, 3er piso
DK 1422 Copenhague
Dinamarca
Teléfono: (+45) 53 73 28 30
Mail: iwgia@iwgia.org
CVR: 81294410

Informar sobre posible mala conducta, fraude o corrupción

¡Atención! Este sitio usa cookies y tecnologías similares.

Si no cambia la configuración de su navegador, usted acepta su uso. Saber más

Acepto