• Pueblos indígenas en Guatemala

    Pueblos indígenas en Guatemala

    En Guatemala habitan 24 grupos étnicos. A pesar de que el Gobierno ha ratificado la Declaracion de la ONU sobre derechos de los pueblos indígenas, la población indígena tiene que enfrentarse a numerosos desafíos.

El Mundo Indígena 2021: Guatemala

Guatemala tiene una población de 14.9 millones de habitantes, de los cuales 6.5 millones (43.75%) pertenecen a los 22 pueblos Mayas (Achi’, Akateco, Awakateco, Chalchiteco, Ch’orti’, Chuj, Itza’, Ixil, Jacalteco, Kaqchikel, K’iche’, Mam, Mopan, Poqomam, Poqomchi’, Q’anjob’al, Q’eqchi’, Sakapulteco, Sipakapense, Tektiteko, Tz’utujil y Uspanteko), un Garífuna, un Xinca y un Creole o afrodescendiente.

Los indígenas siguen rezagados en materia de salud, educación, empleos e ingresos, respecto al conjunto de la sociedad guatemalteca, situación que es peor para las mujeres indígenas.  Esto se debe al racismo estructural se encuentra en la base de la desigualdad y la exclusión social, así como de las violaciones a los derechos fundamentales de los pueblos indígenas.  Aunque la Constitución Política de la República de Guatemala reconoce la existencia de los pueblos indígenas y se asume como sociedad multicultural, y no obstante que el país ha ratificado los acuerdos internacionales sobre derechos de los pueblos indígenas; en la práctica, prevalece la brecha social, económica y política entre indígenas y no indígenas.  Por ejemplo: el Estado invierte 0.4 USD diarios en cada indígena y 0.9 USD diarios en cada no indígena[1], la pobreza afecta al 75% de indígenas y al 36% de no indígenas[2], la desnutrición crónica al 58% de indígenas en comparación con el 38% de no indígenas[3], y en participación política, los indígenas no representan más del 15% de diputados y funcionarios públicos de alto rango.

 Guatemala ha ratificado el Convenio 169 de la OIT, (la Corte de Constitucionalidad elevó, en 2010, a rango constitucional, que obliga al país a reconocer los derechos de los pueblos indígenas), la Declaración de las Naciones Unidas sobre Derechos de los Pueblos Indígenas, la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, y la Política de la FAO sobre pueblos indígenas y tribales. Sin embargo, en la práctica, prevalece la exclusión, por ejemplo, con los medios de comunicación de cobertura nacional que privilegian el español como idioma oficial, mientras que medios en idiomas indígenas tienen una limitada cobertura local.

Introducción

El año 2020 inició con nuevas autoridades en la Presidencia de la República, Congreso y Alcaldías Municipales, coincidiendo precisamente con el arribo de la pandemia del COVID-19.  La pandemia puso en evidencia la exclusión social y racismo estructural que pesa sobre los pueblos indígenas, generó impactos severos sobre las condiciones de vida, agravando la pobreza y la inseguridad alimentaria. Sin embargo, la pandemia también ha mostrado la capacidad de resiliencia de los pueblos indígenas para enfrentar estas situaciones desde sus conocimientos de medicina tradicional, buen vivir, gobernanza territorial y relaciones solidarias.

Los tiempos de pandemia no detuvieron la lucha de los pueblos indígenas por el reconocimiento de sus derechos fundamentales, aunque también se incrementó la criminalización contra los defensores de las tierras y territorios.  El nuevo gobierno demostró, más que sus predecesores, la falta de interés sobre los asuntos indígenas y llevó a expresiones inéditas, por los menos desde la firma de los Acuerdos de Paz (1996), el racismo estructural que sigue vigente en la sociedad guatemalteca. 

De pandemia en pandemia

“He aquí que durante el vigésimo quinto año (1520) apareció la peste ¡oh hijos míos! Primero se enfermaban de tos, padecían de sangre de narices y de mal de orina. Fue verdaderamente terrible el número de muertes que hubo en esa época.”  De esta manera relata el Memorial de Sololá, Anales de los Kaqchikeles,[4] la pandemia causada por enfermedades traídas por los europeos y que se propagaron rápidamente entre la población nativa.  Los historiadores calculan que para 1525, cuando se produce la invasión española en Guatemala, la población originaria ya había disminuido en un 50% y 25 años más tarde en un 80%.  A las causas epidemiológicas de esta debacle demográfica, hay que sumar la guerra y el trabajo forzado al que fueron sometidos los indígenas. Las enfermedades contra las cuales los indígenas carecen de inmunidad, se han repetido a la largo de la historia y junto con las guerras, la explotación laboral y el abuso en el cobro de tributos, fueron la causa de la desaparición de varias comunidades indígenas.[5] 

Vulnerabilidad y racismo

Los impactos de la pandemia del COVID-19 han evidenciado la profunda desigualdad étnica que sigue prevaleciendo en la sociedad guatemalteca. Los pueblos indígenas son más vulnerables debido a la pobreza, la exclusión social y el racismo estructural que padecen.  Según el índice de pobreza multidimensional, la tasa de incidencia de la pobreza es del 80 % en indígenas y 50.1% en no indígenas[6], creando con ello, situaciones desiguales para la prevención de la pandemia, tales como el lavado constante de manos, el uso de mascarillas, desinfectantes y medicinas esenciales, que la mayoría de las personas indígenas no pueden costear. 

La exclusión social se manifiesta en la ausencia de servicios de salud suficientemente equipados para atender las necesidades de la población indígena, que sobre todo vive en lugares remotos.[7]  La pandemia evidenció el abandono en que se encuentra el sistema de salud en general como consecuencia de las políticas de privatización. Los pocos hospitales y centros de salud ya se encontraban colapsados antes de la pandemia, y aunque el gobierno alardeó con inversiones para su mejora, en realidad, lo único que se tienen son centros temporales con equipamiento precario, que no han cumplido con las expectativas que el caso amerita.

El racismo estructural se ha manifestado en la falta de inclusión de las terapias y terapeutas indígenas en los programas de prevención y tratamiento.  Tampoco hubo programas de comunicación con pertinencia cultural en los idiomas nativos.  Además, muchas de las medidas de confinamiento fueron desiguales. En la ciudad de Sololá, los indígenas bloquearon la carretera Interamericana como protesta ante la restricción que el gobierno impuso al transporte de productos locales, pero no así para las grandes empresas.[8] 

En plena pandemia, en un hecho que no se había visto desde el fin de la guerra interna, el Presidente de la República Alejando Gammattei humilló en un acto público al Alcalde Indígena del pueblo Kaqchikel de Comalapa, Chimaltenango.  Esta afrenta marcó el distanciamiento entre el gobierno y los pueblos indígenas, quienes denunciaron el trato racista y prepotente y exigieron cambios sustanciales en la conducción del Estado.[9]  

El gobierno conformó un Consejo de Estado para tratar asuntos de importancia nacional incluyendo las estrategias para enfrentar el COVID-19, al que convocó a diversos sectores del país (empresarios, líderes religiosos, sociedad civil), pero en una clara manifestación de racismo estructural, se excluyó a las organizaciones indígenas.  A una reunión para definir estrategias ante la tormenta tropical Iota, el Presidente de la República deliberadamente negó el ingreso al Alcalde Municipal de San Pedro Carchá, Alta Verapaz, un indígena Q’eqchí, a pesar de ser dicho municipio uno de los más afectados por ese fenómeno.[10]

Por otra parte, la promesa de apoyo económico consistente en 400 USD distribuido en tres pagos mensuales a quienes tuvieran factura de servicio eléctrico, al final se redujo a un total de 165 USD, sin explicaciones sobre los motivos de la reducción; además que se excluyó a miles de familias indígenas que no cuentan con servicio de electricidad.[11]

Impactos en las condiciones de vida

El impacto más severo de la pandemia sobre los pueblos indígenas es indudablemente la pérdida de vidas humanas, especialmente de ancianos, sanadores, comadronas, guías espirituales, hombres y mujeres que han fallecido víctimas de esta enfermedad. Entre las pérdidas lamentables se encuentra la del señor Reginaldo Chayax Huex, el máximo dirigente del pueblo Maya Itzá en el departamento de Petén. Su vida estuvo dedicada al rescate cultural de su pueblo, incluyendo el idioma nativo que se encuentra en vías de extinción, la herbolaria y la medicina natural. Además, fue un gran impulsor de la protección de la naturaleza mediante la creación de la Reserva Comunitaria Indígena Bioitza.[12]

La pandemia también agravó las condiciones de vida de la población en general, particularmente la indígena, debido a las restricciones en la movilización y acceso a los mercados y fuentes de trabajo.  Las personas no pudieron desplazarse para estudiar, trabajar, vender sus productos o adquirir insumos para sus distintas actividades.  Por ello se considera que la pobreza y la inseguridad alimentaria han aumentado y sus mayores efectos se dejarán sentir en el futuro inmediato.

En las mujeres indígenas los impactos se manifestaron en la recarga de trabajo para la atención de los hogares y en la imposibilidad de ejercer sus actividades económicas.  De hecho, han tenido más restricciones que los hombres en cuanto a su movilidad dentro y fuera de sus comunidades.

Estrategias de los pueblos indígenas para enfrentar la pandemia

A pesar de los graves impactos de las pandemias, los pueblos indígenas han sabido ser resilientes, movilizando sus conocimientos y prácticas tradicionales para la prevención y el tratamiento de las enfermedades, ya que la asistencia gubernamental llega insuficiente y tardía.   La medicina indígena ha sido importante para reforzar el sistema inmunológico, controlar la fiebre y reducir la congestión respiratoria. Incluye principalmente plantas nativas que se encuentran en los territorios ancestrales, tanto en huertos de traspatio como en áreas naturales protegidas por las comunidades.  El uso tradicional de los baños a vapor (tuj, chuj o temascal) con plantas nativas se han utilizado desde tiempos remotos para mejorar el sistema inmunológico y lo emplean también frecuentemente las comadronas en sus terapias.

En el pueblo Q’eqchí se usan infusiones de hojas de guayaba silvestre (Psidium guajava); los Ch’orti, utilizan la Quina (Cinchona officinalis), una planta de la que se extrae quinina, el componente activo para tratar la malaria. También se ha utilizado la planta denominada Tres Puntas (Neurolaena lobata), a la que se le atribuyen propiedades antibióticas, antimaláricas, antiofídicas y antiinflamatorias.  También se emplea llantén (Plantago major) reconocida por sus propiedades expectorantes. 

Aunque los servicios de salud oficial no reconocen que la medicina indígena sea capaz de prevenir o tratar el COVID-19, los pueblos indígenas siguen confiando en sus propias terapias.  En la conmemoración del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, las organizaciones indígenas destacaron la necesidad de garantizar su inclusión y participación en las estrategias de respuesta al COVID-19, pidieron ser consultadas y exigieron enfoques con pertinencia cultural.

Para los indígenas, la pandemia ha resultado en una revalorización de la medicina tradicional, la alimentación saludable basada en productos nativos, y ha reafirmado la necesidad de fortalecerse los lazos de solidaridad y defensa de los territorios ancestrales.

¿En dónde está el dinero?

En noviembre de 2020, hubo en todo el país varias movilizaciones pacíficas de protesta popular contra el abuso de poder, corrupción, discriminación contra los pueblos indígenas y la falta de atención gubernamental a la pandemia y la pretendida aprobación de un presupuesto irreal para el país.[13] El gobierno reprimió causando muertos, heridos y personas detenidas.  La organización indígena K’iché, de los 48 Cantones de Totonicapán, el Parlamento del Pueblo Xinca y los pueblos indígenas de Sololá encabezaron otra protesta en la ciudad Capital con los mismos motivos.[14]  El apoyo económico para los grupos sociales más vulnerables ante la pandemia, fue insignificante y tardío, no obstante que el Congreso había aprobado fondos específicos para este fin.  Con el eslogan: ¿En dónde está el dinero?, la sociedad pedía transparencia y equidad en el uso de los fondos públicos.

Más allá de la pandemia

En los meses de octubre y noviembre de 2020, la región Centroamericana fue asolada por los huracanes Eta e Iota, que causaron estragos sobre las personas y sus medios de vida, especialmente los pueblos indígenas ubicados en la Costa Atlántica o Tierras Bajas del Norte.  En Guatemala, los pueblos indígenas más afectados fueron el Q’eqchí, Poqomchí, Ixil, Mam y Ch’orti.  Quejá, una comunidad indígena Poqomchí en San Cristóbal Verapaz, departamento de Alta Verapaz, sufrió un deslizamiento de tierra que ocasionó cerca de 50 muertos y al menos 100 desaparecidos.[15]  Luego, la tormenta tropical Iota provocó grandes estragos, incluyendo la inundación de varios poblados que las autoridades declararon inhabitables, tal como Campur y Sesajal, dos comunidades Q’eqchí de San Pedro Charchá, en el departamento de Alta Verapaz, en donde quedaron totalmente bajo el agua alrededor de 900 viviendas.[16]

La criminalización contra defensores de derechos humanos de las comunidades que defienden sus territorios y recursos naturales contra el despojo y el extractivismo no se detuvo a pesar de la pandemia.  Un acto ampliamente repudiado fue el asesinato de Domingo Choc, un terapeuta indígena Q’eqchí, de San Luis, departamento de Petén.  Domingo Choc fue asesinado en su propia comunidad, acusado de practicar brujería, que refleja el ataque sistemático contra las maneras de producir, conservar y transmitir la sabiduría propia de los pueblos originarios, imponiéndoles otras formas de conocer, pensar y creer, en una clara manifestación de desigualdad epistémica, en donde los conocimientos indígenas son subestimados por su supuesta falta de rigor científico o son anulados porque atentan contra las creencias de las religiones dominantes.[17]

También fueron asesinados: Alberto Cucul Cho (guardaparques Q‘eqchí), Medardo Alonzo (dirigente Ch’ortí), Fidel López (dirigente campesino), Abel Raymundo (dirigente Ch’orti), Benoît Maria (ciudadano francés dedicado a la defensa de los pueblos indígenas), Misael López Catalán (líder comunitario), Carlos Mucú Pop (dirigente Q’eqchí) y un líder indígena de Purulha, Baja Verapaz, entre otros.  La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) destaca que estos hechos apuntan a quienes defienden los derechos de los pueblos indígenas.[18]

Entre los aspectos positivos hay que destacar: a) el nombramiento del señor Francisco Calí Tzay, indígena Kaqchikel como Relator Especial sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas[19], b) cuatro sentencias favorables emitidas por la Corte de Constitucionalidad en favor de la restitución de tierras ancestrales indígenas para los pueblos Ixil y Ch’ortí promovidas en sendos amparos desde la Mesa de Tierras Comunales[20],[21], c) la sentencia de la Corte de Constitucionalidad que suspende las actividades de la minera CGN que opera en territorio Q’echí y exige la realización de la consulta comunitaria[22] y d) el reconocimiento por parte de las autoridades municipales de Itzapa, departamento de Escuintla y Taxisco, departamento de Santa Rosa, sobre los derechos de pertenencia y ocupación ancestral de las comunidades Xincas y Mestizas en sus territorios ancestrales ubicados en el Litoral Costero Marino del Pacífico.[23]

 

Silvel Elías es Maya K’iché, profesor y coordinador del Programa de Estudios Rurales y Territoriales (PERT) en la Facultad de Agronomía de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

 

Este artículo es parte de la 35ª edición de El Mundo Indígena, un resumen anual producido por IWGIA que sirve para documentar e informar sobre los desarrollos que han experimentado los pueblos indígenas. La foto de la publicación muestra el bloqueo que la comunidad indígena de Kawemhakan, Surinam hizo en su pista de aterrizaje para evitar que los forasteros llegaran a sus aldeas y que trajeran el virus de la COVID-19 con ellos. Fotografiada por la fundación Mulokot en Kawemhakan, es la portada del Mundo Indígena 2021 donde originalmente está escrito este artículo. Encuentra El Mundo Indígena 2021 completo aquí

 

Notas y referencias 

[1] “Inversión en pueblos indígenas, según el presupuesto ejecutado en 2015.” Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales, Guatemala, julio de 2017. https://www.icefi.org/sites/default/files/inversion_en_pueblos_indigenas_0.pdf

[2] “Situación de Derechos Humanos en Guatemala.” Guatemala, CIDH, 31 de diciembre de 2020. http://www.oas.org/es/cidh/multimedia/2016/guatemala/guatemala.html

[3] “Análisis de situación, nutricional de Guatemala.” Secretaria de Seguridad Alimentaria y Nutricional. http://www.sesan.gob.gt/wordpress/wp-content/uploads/2018/05/Situacion-SAN-Guatemala-dia-1.pdf

[4] “Memorial de Sololá Anales de los Cakchiqueles.” Traducción directa del original y notas de Adrián Recinos. Editorial Piedra Santa. Guatemala. 2006.

[5] Martínez, Francisco Mauricio. “Los pueblos coloniales de la costa sur de Guatemala.” Prensa libre, 22 de enero de 2017. https://www.prensalibre.com/revista-d/los-pueblos-coloniales-de-la-costa-sur/

[6] “Guatemala afronta una pobreza multidimensional del 61%”. El Economista, 26 de noviembre de 2019. https://www.eleconomista.net/actualidad/Guatemala-afronta-una-pobreza-multidimensional-del-61-20191126-0028.html

[7] Montepeque, Ferdy. “Pueblos indígenas, los más vulnerables ante el COVID-19.El Periódico, 23 de mayo de 2020. https://elperiodico.com.gt/nacionales/2020/05/23/pueblos-indigenas-los-mas-vulnerables-ante-el-covid-19/

[8] Escobar, Erving. “Productores de verduras bloquean Los Encuentros a pesar del confinamiento por el coronavirus”. Prensa Libre, 15 de mayo de 2020. https://www.prensalibre.com/ciudades/solola/giammattei-responde-a-campesinos-que-bloquearon-los-encuentros-a-pesar-del-confinamiento-por-el-coronavirus-breaking/

[9] “Indígenas cierran caminos en Guatemala para exigir la renuncia del presidente.” Infobae, 9 de diciembre de 2020. https://www.infobae.com/america/agencias/2020/12/10/indigenas-cierran-caminos-en-guatemala-para-exigir-renuncia-del-presidente

[10] Vega, Juan Manuel. “Niegan el ingreso al alcalde de Carcha a reunión con el presidente Alejandro Giammattei.” Prensa Libre, 7 de noviembre de 2020. https://www.prensalibre.com/ciudades/alta-verapaz/niegan-ingreso-a-alcalde-de-carcha-a-reunion-con-el-presidente-alejandro-giammattei/

[11] “Bono familia: negocio para algunos, falsa expectativa para otros.” Perspectiva, 22 de julio de 2020. https://www.perspectiva.gt/noticias/bono-familia-negocio-para-algunos-falsa-expectativa-para-otros/

[12] “Reginaldo Chayax Huex.” The New York Times, 11 de octubre de 2020. https://www.legacy.com/obituaries/nytimes/obituary.aspx?n=reginaldo-chayax-huex&pid=196929391

[13] “Un incendio premeditado y gases lacrimógenos esperaban a una manifestación pacífica.” El Periódico, 22 de noviembre de 2020. https://elperiodico.com.gt/nacionales/2020/11/22/un-incendio-premeditado-y-gases-lacrimogenos-esperaban-a-una-manifestacion-pacifica/

[14] “Pueblos indígenas denuncian abuso de autoridad por parte del gobierno actual.” El Periódico, 24 de noviembre de 2020. https://elperiodico.com.gt/nacionales/2020/11/24/pueblos-indigenas-denuncian-abuso-de-autoridad-por-parte-del-gobierno-actual/

[15] Barrientos Castañeda, Miguel. “Tragedia en Quejá, San Cristobal Verapaz: suspenden búsqueda por ETA.” Prensa Libre, 10 de noviembre de 2020. https://www.prensalibre.com/ciudades/alta-verapaz/tragedia-en-queja-san-cristobal-verapaz-suspenden-busqueda-de-victimas-por-eta/

[16] Oliva, William. “’Estamos viviendo entre escombros’.” Guatevisión, 10 de enero de 2021. https://www.guatevision.com/nacionales/departamentos/estamos-viviendo-entre-escombros-a-mas-de-dos-meses-de-la-inundacion-en-campur-gobierno-aun-analiza-que-acciones-tomar

[17] Elías, Silvel. “La violencia epistémica contra los pueblos indígenas.” Debates Indígenas, 1 de agosto de 2020. https://debatesindigenas.org/notas/59-violencia-epistemica.html

[18] “La CIDH condena asesinatos y agresiones contra personas defensoras en Guatemala.” OEA, 11 de septiembre de 2020. http://www.oas.org/es/cidh/prensa/comunicados/2020/215.asp

[19] “El guatemalteco José Calí fue nombrado relator de ONU para Pueblos Indígenas.” El Periódico, 30 de abril de 2020. https://elperiodico.com.gt/nacionales/2020/04/30/el-guatemalteco-jose-cali-fue-nombrado-relator-de-onu-para-pueblos-indigenas2/

[20] Herrera, Feliciana. “Nebaj: derechos de tierras ejidales es restituido al pueblo Ixil.” Prensa Comunitaria, 4 de agosto de 2020. https://www.prensacomunitaria.org/2020/08/nebaj-derecho-de-tierras-ejidales-es-restituido-al-pueblo-ixil/

[21] “Tres comunidades vencieron a las municipalidades que intentaban usurpara sus tierras.” Nómada, 17 de agosto de 2020. https://nomada.gt/identidades/guatemala-rural/3-comunidades-vencieron-a-las-municipalidades-que-intentaban-usurpar-sus-tierras/

[22] Toro, David. “CC: la mina CNG no puede trabajar hasta que se realice consulta comunitaria y delimite el terreno de operaciones.” Prensa Comunitaria, 19 de junio de 2020. https://www.prensacomunitaria.org/2020/06/cc-la-mina-cgn-no-puede-trabajar-hasta-que-se-realice-consulta-comunitaria-y-delimite-terreno-de-operaciones/

[23] Comudinch. “Comunidades Xinkas de la Costa Pacífica y comunidades Maya Che` Orti` convocan a conferencia de prensa.” Facebook, 31 de octubre de 2019. https://www.facebook.com/comundichgt/photos/a.110418727061610/110417707061712/?type=3

Etiquetas: Gobernanza Global, Derechos Humanos

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